El 2024 fue un año difícil para mí, pero terminó muy bien.
A principios de diciembre del año pasado iba camino al trabajo y ese día salieron las estadísticas de Spotify, y resultó que mi canción más escuchada del año fue una que se llama ÁNIMO de Caloncho, en el coro dice:
Sigo aprendiendo de mis errores
No ha sido fácil, no todo son flores
Si en el camino faltan colores
Estoy seguro vendrán tiempos mejores
Caí en cuenta de que esa rolita, consciente e inconscientemente me daba esperanzas y me ponía de buenas, aunque fuera un ratito jeje, en un momento en el que no veía la salida.
Y realmente fui entendiendo que las cosas gachas que suceden también son ganancia. O sea, si me pasa algo malo también puedo aprender de él; de hecho, muchas veces los “no” sirven más que los “sí”.
Me dejó bien marcado, y hoy después de algunos meses hasta sacamos una colección e hicimos un mural en nuestra tienda con esa afirmación “Sigo aprendiendo” porque ya comprobamos que funciona.
Me pasó algo muy similar cuando imprimí las primeras calcomanías de VENIMOS A PASARLA BIEN hace como seis años, yo estaba en una depresión fuerte, y por las tardes me iba a repartir calcas a la calle a desconocidos, como loco jaja, era mi forma de cambiar momentáneamente mi realidad, y sí lo logré muchas semanas después.
La mente y el lenguaje son un arma hermosa. Hacen que nuestra vida cambie para bien o para mal, uno decide.
Agarren una frase de estas o inventen una de algo que deseen, se los juro que en algún momento se hace realidad.
Por acá seguimos aprendiendo, abrazo.
Con cariño Chiner.
Venimos a pasarla bien.